Después de un tiempo largo usando Plasma, me veo obligado a volver a Cinnamon o a cualquier otro escritorio.
Ya es la tercera vez que KDE Neon me rompe algo en una una actualización rutinaria y normal, y al reiniciar esta vez se ha roto por completo el entorno de escritorio.
La actualización que rompe alguna dependencia y no se puede echar atrás.
Me ha salvado, por ahora, instalar Cinnamon para, al menos, poder seguir usando el equipo de manera gráfica, y poder salvar datos y ficheros.