La tiara no sería una pieza destinada a un ajuar funerario, sino la diadema de coronación de Ruggero II y los sucesivos reyes de Sicilia, que Federico II quiso enterrar con Constanza, simbolizando un cambio de dinastía, pues él era el primero de los Hohenstaufen tras los Hauteville normandos. No convence a otros expertos, quienes se preguntan por qué iban a enterrar una corona tan importante, sin que Constanza fuera de sangre normanda